lunes, 26 de noviembre de 2007

Información y casualidad


Puede que alguno de ustedes se haya cruzado la semana pasada con la polémica sobre los libros de texto que ha destapado el Mundo, y que continúa esta con alucinantes (no hay otra palabra) artículos.
Sin embargo, cuando uno lee las noticias de los diarios nunca debe dejarse atrapar por la sugestiva presentación de las mismas, e ir más allá de lo que dicen, hacia el sentido oculto que encierran. Este no tiene nada que ver con códigos herméticos ni nada por el estilo, sino el objetivo comercial que en realidad encubre toda información que aparece en los medios de comunicación, sometidos a unos intereses espúreos pero muy reales, que determinan como si de una sectarismo calvinista se tratase, la naturaleza de la realidad que seleccionan y criban, para "modelar" las conciencias de sus lectores conforme a sus intereses.
Porque, casualidades de la vida, la semana pasada también se celebró la XXII Semana Monográfica de la Educación organizada por la Fundación Santillana. Algún día, alguien más capaz que yo les hablará de la extensión de esta editorial en el mercado educativo global, particularmente en el sudamericano, y cómo mediante una oferta abrumadora, es capaz de configurar los contenidos educativos hasta el punto de que los profesores pueden desaparecer, para convertirse en meras figuras intermedias entre los proyectos educativos de las editoriales y los objetos de consumo educativo, llamados comúnmente niños.
Pero no es el caso ahora. Esta "semana" fue inaugurada por la Ministra de Educación, Mercedes Cabrera, y por Ignacio Polanco, Presidente de PRISA (evento al que, por cierto, también asistió el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Álvaro Marchesi). El Presidente del grupo Santillana es Emiliano Martínez, y la empresa forma parte de PRISA desde el 2000.
Supongo que con esto ya son capaces de entender la conexión que trataba de plantearles. La noticia en sí cambia de significado, cuando se resitúa en otro contexto, normalmente menos accesible, porque al fin y al cabo los medios tratan de generar estados de opinión en base al principio de que "la gente es idiota y está en nuestras manos" (¿se acuerdan de Ciudadano Kane?, no es de las mejores películas de la historia por casualidad).
Una noticia tiene una estructura determinada, normalmente se ordena de mayor a menor importancia informativa en cada párrafo, porque poca gente lee todo el cuerpo, sino que la lectura se centra en los primeros y suele dejarse aproximadamente en el tercer párrafo si la cosa no va mucho con nosotros. Los primeros párrafos de las noticias de El Mundo hacen referencias constantes a Santillana, como ejemplo de una tendencia nacionalista en la materia de Historia que tiende a minar España (esto no es mio, sino del diario). Independientemente del contenido, esta noticia viene justamente a coincidir con el evento de la misma editorial y en la que participan ministros y otras autoridades, ¡qué casualidad!.
Las preguntas que surgen son múltiples, y lo cierto es que cada cual debe buscar sus propias respuestas, porque los diarios no sirven para informar, como creo haber mostrado. Yo me digo: ¿Qué habrá dicho un experto en educación como Ignacio Polanco en ese evento? ¿Habrá propuesto una educación para la ciudadanía basada en la tolerancia y el respeto, en la formación de corderos aptos para el consumo de bienes producidos por su corporación? A ver si alguien puede responder a esto.
Los medios compiten entre sí por conseguir audiencia, utilizando las mismas estrategias que los programas del corazón, aunque de un modo aún más artero y abyecto si cabe. Los periodistas parecen títeres en manos de sus amos, y se dejar arrastrar por su voluntad mercantilista. El periodismo, si es que alguna vez existió, parece que ha muerto. Sé que todo el mundo es consciente de esto, y lo que digo no es sino una obviedad patente. Pero una cosa es saber algo, y otra saber vivir con ello.

Links:
http://www.gruposantillana.com/quienes1.htm
http://www.gruposantillana.com/grupo1.htm
http://www.prisa.es/articulo.html?xref=20071120prsprsnot_1&type=Tes&anchor=priprenot
http://www.oei.es/noticias/spip.php?article1380
http://www.elmundo.es/papel/2007/11/20/
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/11/20/espana/1195532802.html
http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276317940.html

P.D. Tal vez sepan que el periodista Stanley encontró al Señor Livingstone perdido en mitad de África. Después de presentarse, Stanley le dijo a Livingstone que trabajaba para el New York Herald, que después sería el Herald Tribune. El Señor Livingstone llevaba años en África, pero le respondió que incluso allí se conocía la despreciable fama de ese diario. No por nada Livingstone se perdió en África.

Nota: la imagen es un fotomontaje, espero que nadie se altere por ello. Si alguien lo hace piensen en Man Ray y artistas así. Los artistas son inocentes, piensen en en Oscar Wilde.

lunes, 5 de noviembre de 2007

De cómo la ignorancia acompaña a la sabiduría

Leo en:




la entrevista a un joven filósofo de 43 años (aproximadamente edad en la que los griegos solían situar el floruit por cierto), que dice lo siguiente, para mi sorpresa:


P. ¿Por qué elige el término de moral en vez del de ética?


R. Porque la ética se ha convertido en "eso que se explica en el bachillerato" y tengo, además, un cierto disgusto o un puro hartazgo por los usos edificantes que ha tenido esa disciplina. Hay mucha autocomplacencia cuando se habla de ética. Soy bueno, soy noble, estoy entregado a la causa...: todos esos discursos tan llenos de beatería han inundado la ética, como si ésta fuera un depósito de verdades eternas. Pero esos son puros lugares comunes: la ética como disciplina kitsch.

Curiosamente, la ética ya no se imparte en bachillerato, desde la reforma de la LOGSE, de 1990, (aunque con una implantación accidentada, como es sabido). Eso me hace pensar que tal vez el filósofo se halle situado en años pretéritos, hace unos 15 años (por eso de contar con los retrasos tan habituales en nuestro país -que pregunten a los barceloneses-), cuando existía aquél BUP tan polivalente del que tanto se acuerdan los aquejados de melancolía, porque funcionaba muy bien, y el que no quería estudiar, pues se iba a FP y ya está. Pero Valdecantos no es profesor de instituto.


Es cierto que la materia tiene un cierto uso edificante, tal vez el más despreciable de los usos de la filosofía, pero en fin... Sin embargo el currículum que marca los contenidos, tiende ciertamente a ello, vendiendo la cuestión de los valores como tablas de salvación. Como luego cada profesor hace lo que le da la gana con el currículum y lo desobedece más o menos flagrantemente (en contra de lo que pueda parecer la norma en los departamentos es no cumplir la norma), este tema se ha olvidado hasta el punto de que algunos ya no se acuerdan de cuál era el currículum de la materia, y por eso se escandalizan ante las nuevas propuestas.


Sin embargo, para ser justo, el párrafo anterior a éste que reproducido me parece de una profundidad e inteligencia deslumbrante:


R. El bien es algo infrecuente, es raro. No surge cuando se está buscando, ni consiste simplemente en cumplir un puñado de normas. La oportunidad de hacer el bien uno se la encuentra por sorpresa. Ésa es mi tesis, acaso radical, que el bien no aparece cuando uno sale a buscarlo sino que es siempre el producto lateral de otra cosa. Es una rareza en el mundo. Y es que el mundo no es bueno, está bastante mal hecho. Así que no podemos sistematizar el bien porque cuando surge lo hace a contrapelo de la realidad.


Es una idea completamente kantiana, y creo que aceptable excepto en su parte final. La ética trata de sistematizar el bien, que en efecto es anómalo, lo cual no significa en absoluto que el mal sea natural por cierto. Eso me recuerda lo que en su momento dijo otra distinguida kantiana: "He actuado pocas veces en mi vida, y cuando no pude evitarlo". Se trata Hannah Arendt. El bien tiene algo de eso, de necesidad que aparece en una situación determinada. Éste debe ir acompañado de aquella virtud de la que hablaban los clásicos (que por algo lo son): la valentía.

La imagen habla por sí misma.

Antonio Valdecantos acierta y se equivoca, en cualquier caso ha publicado La moral como anomalía. Tal vez valdría la pena echarle un vistazo y seguir el balance de errores y aciertos.